Entrevista con Nico Galvano, director de “Pistolero”
Pistolero es una ficción que sirve de cierta manera como ensayo sobre la violencia. La historia sigue el raid delictivo en el interior rural de Isidoro Mendoza y su hermano Claudio durante la dictadura de Ongania, y como la violencia de sus hechos lo atraviesan y empiezan a hacer mella en nuestro protagonista.
Una maestra de Buenos Aires llegará a su vida y el amor será una nueva posibilidad de cambio, pero aunque lo intente, no puede escapar de la entropía que generan sus acciones y pulsiones.
Isidoro se replantea el porqué de su accionar, y su rol en esta sociedad. Los desposeídos del pueblo los sienten como dos modernos justicieros, pero para el poder de turno y sus corporaciones, son los enemigos públicos número uno.
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“Pistolero básicamente no es una película de acción, aunque las escenas de acción si están filmadas como tales, sino más bien un drama existencialista y reflexivo, un hombre y sus circunstancias, la naturaleza, la violencia y el ser humano, dejando en un segundo plano las escenas y momentos de acción. La violencia es anecdótica e irrelevante. La misma sirve como excusa para que los personajes expresen sus miedos y sentimientos en situaciones extremas. Es la historia de la soledad del lúcido, el que ha recorrido más camino y se siente al margen de todo, e intuye lo que le depara el futuro. Es la historia del hombre que de cierta manera ya está muerto antes de fallecer realmente.
Pistolero es una película de exteriores donde la naturaleza se hace eco de las pasiones de los protagonistas. Los personajes están inmersos en el áspero paisaje y sus siluetas se recortan sobre el cielo y las nubes, pareciendo engrandecer sus sentimientos. Es un relato circular, el cual el protagonista, ya maduro, transita. Aparece y desaparece. Es la lucha del individuo que quiere llevar una existencia normal, integrarse y diluirse en la sociedad, para así evitar sus actos cotidianos cargados de la extrañeza que le da la marginalidad. Esa marginalidad que él, en un principio, no eligió.
Ese camino de la violencia que parece no poder dejar atrás. Ese deseo de formar parte de un todo armónico; en realidad esto ultimo, algo inexistente. Ese todo armónico no es otra cosa que un espejismo, pero que no por eso parece alcanzable para el protagonista. La idea de la contradicción entre lo que se desea, y lo que se sabe, o se cree entender, que no podrá alcanzar jamas. El libre albedrío. La génesis del mito y su autoconclusión caníbal.
Cabe aclarar que las locaciones y escenarios naturales, sin los cuales este film carecería de todo sentido, pertenecen al departamento de Lavalle, Mendoza.”